En los momentos de crisis, sólo la imaginacion es más importante que el conocimiento”. Lo dijo Albert Einstein, porque sabía que una buena idea puede ser más efectiva que una operación matemática o una fórmula química. Muchas características del talento que un ser humano desarrolle vienen de una infancia donde espacios como el arte, la música, el deporte y la lectura hicieron parte de la crianza, como mecanismo para complementar el aprendizaje de las diferentes ciencias.
Creatividad, según la definición de la psicología cognitiva, es la habilidad de darle diferentes respuestas o soluciones al mismo problema. Desde ese concepto, la pediatra especialista en desarrollo infantil Aura Sofía Rico afirma que de ahí la importancia de no descalificar la óptica de los niños tan diferente a la de adultos.
Por su parte, Germán Pilonieta, del Equipo Cisne de Investigación, una propuesta novedosa para el desarrollo de procesos de formación de niños, jóvenes y adultos, dice que “la creatividad humana es el resultado de una serie de procesos, factores y situaciones que permiten a la persona generar, no sólo pensamientos divergentes sino que también le facilitan la comprensión de los fenómenos de maneras poco corrientes”.
En los primeros dos años de un niño, la forma de aprender se basa en su relación con el mundo que lo rodea, y para conocer su entorno, toca, chupa, mueve, golpea, tira los objetos y así recibe la información que necesita para adquirir aprendizajes tales como: duro, blando, frío, agradable o desagradable. En esta primera fase, la pediatra recomienda a los padres ofrecer un medio enriquecedor en estímulos visuales (móviles, juguetes que giren), auditivos (cantar, conversar con el bebé, leerle cuentos) y tacto (bailar, mecer, dar masajes, ‘arrunchar’ y jugar a ensuciarse).
De los dos años en adelante, cuando ya han aprendido a hablar y a caminar, los niños se vuelven grandes exploradores, siempre en movimiento. En este momento, la labor de los cuidadores consiste en reconocer el temperamento y los intereses del menor, aplicando –según Rico– la teoría de ‘inteligencias múltiples’, en la cual tanto maestros como padres deben respetar y estimular actividades tales como: arte, música, lectura, deportes y gimnasia al aire libre.
El papel de los educadores y los padres es estar cerca, pero no “cortar las alas” a los hijos y entender que los niños, como todos, se equivocan y esto les ayudará a aprender de sus errores. Pero si el niño se siente permanentemente criticado se generará el miedo a expresar se, a intentar algo nuevo por temor a equivocarse y se sentirá incapaz. Todo esto redundará en su autoestima.
Actividades que estimulan la creatividad
Si para un pequeño “esa escultura” de plastilina es un dinosaurio, pídale que le cuente su historia con lujo de detalles y sígale el juego. Rico dice que en esos momentos no se debe dañar el gran momento de creatividad diciendo: “Los dinosaurios si no tienen alas”. Imaginar es la cualidad más importante del niño. Así, recrear en pintura, en torres de juego, en la arena, imaginarse un castillo encantado, correr detrás del indio en el parque, que ahora es el Lejano Oeste, hace parte de la capacidad que llevará a los niños a identificar situaciones y personajes que más adelante descubrirá como irreales, pero que le brindaron la posibilidad de crear.
Autores como Parra & Gómez (Creatividad para padres) y The Creativity Institute crearon guías para cuidadores interesados en incentivar la creatividad.
1. Cuando el niño le pregunte algo, cuestiónelo sobre lo que piensa él.
2. Recupere su niño interno y juegue con su hijo. Recuéstese en el parque y mire las nubes: ¿qué es esa, un oso? Y aquella, ¿un dragón?
3. Invente cuentos y que su hijo siga la historia.
4. Cambien el final de un cuento tradicional. ¿Qué pasaría si Cenicienta no hubiera perdido el zapato al momento de escapar?
5. Enseñe tolerancia ante la diferencia, respete sus puntos de vista.
6. Explique la discapacidad y cómo aceptar la diferencia.
7. Ofrezca la oportunidad de hacer juego de roles, donde usted se ponga en la posición de niño y dé herramientas a su hijo para resolver conflictos y aprender de situaciones de peligro.